The Moon Prism @Posada del Corregidor, SCL (2018)

This exhibition, held between April and May of 2018 at Posada del Corregidor Gallery (Santiago, Chile), was curated by the art researcher and theorist Diego Maureira. It presented 21 portraits of the main female characters of the most popular Anime series transmitted in Chile during the ’90 and ‘2000 decade. Some of the portrayed are from Dragon Ball, Sailor Moon, Pokemon, Saint Seiya, Ranma 1/2 and Evangelion, among others. Crossing Japanese animation and post-dictatorship mass culture in Chile through art (specifically painting) aims to reveal the relations and consequences that Chilean culture has suffered on its opening to a global and visual language after the dictatorship. “El Prisma Lunar” (“The Moon Prism”) then, presents the conflict of how these characters are understood, recognized, and emotionally admired by a generation of Chilean (and Latinamerican) kids grown in the ’90, that today are adults. Images that once were imported as something foreigner but that now are understood as a local language, as “a Chilean imagery”.

For the occasion, Maureira wrote two different texts: “Japanese cartoons are the origin of what?” and “My body is better than yours”. According to Maureira, these portraits are “a visual proposal that takes up the range of images disseminated and administered by the screens of our era. In the case of Arias, they are associated with a historical moment different from this medium, not distant but different. It is a question of the ritual of approaching the image, the texture, the times, and routines of the ’90s and part of 2000 dissociate from contemporary visual circulation. Today, symbols, images, and sounds, all combined, are offered in a rhizomatic way to the human being, multiplied and expanded, whereas the referents of Marco Arias are linked to a much more monopolistic and limited rhythm. And therefore, more homogeneous with respect to individual sensitivity. More universal”.

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“In “El Prisma Lunar”, all reading, interpretation, or absence of them, is clearly reserved to the viewer. Marco Arias dispenses of comments or phrases. His work does not invite to search, it is pure revelation. There are no narrative intermissions, there is no suspense or argumentative development. It’s a shock. (all vibration comes after this one, it catches us by surprise). There is no adventure: only cuts of a big tape. There is no invention. The artist only executes, materializa. In this opportunity the paintings of Marco Arias take a serious detour from the pictorial collage to a work as graphic as itself: the cut of the comic strip or manga and the capture of the animated audiovisual tape. Arias is completely detached from the internal conflict of the painting. It subsumes it. Changes the vanity of the gesture for just pleasure. He quits the single and individual gesture, the human guarantee of the artist.

“El Prisma Lunar” (“The Moon Prism”) are paintings without tradition, paintings with no father. His path is closer to rejection and institutional exile (the “dutty” of art). His school is outside the perimeter of what is accepted by the painting. But will there be a tragedy worse than being a painter in Chile? “El Prisma Lunar” (“The Moon Prism”) is a visual proposal that takes up the range of images disseminated and administered by the screens of our era. In the case of Arias, they are associated with a different historical moment: not distant but different. An epochal change within the history of the screens”.

 

Excerpt from “Are Japanese cartoons the origin of what?”, by the researcher and art theorist Diego Maureira.

Santiago de Chile, March 2018.

 

The exhibition name was inspired by the phrase invoked by Serena Tsukino to become the heroine Sailor Moon. / El nombre de la exhibición fue inspirado en la frase que invocaba Serena Tsukino para transformarse en la heroína Sailor Moon.

 

Esta exposición, realizada durante los meses de abril y parte de mayo en la Galería Posada del Corregidor (Santiago de Chile), se basó en 21 retratos de las protagonistas de los animé más populares transmitidos en Chile durante las décadas de los 90 y 2000. Nuevamente, al igual que en “Genkidama”, (exposición inagurada al mismo tiempo en otra galería de Santiago),  la representación de las imágenes fue hecha de manera literal, sin ningún tipo de interpretación autoral sobre éstas.  Algunas de las series aludidas fueron Dragon Ball, Sailor Moon, Los Caballeros del Zodiaco, Ranma 1⁄2 y Evangelion, entre otras.

El cruce de técnicas y referentes de Japón con la cultura de masas de post dictadura en Chile, pretende tensar dicha relación y las consecuencias de este proceso; entender cómo ha asimilado Chile su apertura a un lenguaje visual global luego de la transición dictadura/democracia en los años 90. “El Prisma Lunar”, presenta entonces el conflicto de cómo estos personajes son entendidos, reconocidos y emocionalmente admirados de manera transversal por las generaciones de chilenos post 90: imaginario que se instaló como local, formando parte de cada contexto entendido hoy como “lo chileno”.

La exhibición fue curada por el investigador y teórico del arte Diego Maureira, quien para la ocasión escribió los textos “¿Los dibujos animados japoneses son le origen de qué? y “Mi cuerpo está mejor formado que el tuyo”. Según Maureira, estos retratos son “una propuesta visual que retoma el abanico de imágenes difundidas y administradas por las pantallas de nuestra era. En el caso de Arias, se asocian a un momento histórico distinto de este medio. No distante pero sí diferente. Una diferencia epocal dentro de la propia historia de las pantallas. Se trata, en específico, del ritual de acercamiento a la imagen. La textura, los tiempos y rutinas de los años 90 y parte del 2000 se disocian de la circulación visual contemporánea. Hoy los símbolos, las imágenes y los sonidos, todos combinados, se ofrecen rizomáticamente al ser humano. Se multiplican y expanden. En cambio, los referentes de Marco Arias están vinculados a un ritmo mucho más monopólico y limitado. Y por tanto, más homogéneo respecto a la sensibilidad individual. Más universal”.

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“En El prisma lunar, toda lectura, interpretación, o ausencia de ellas, está reservada netamente al espectador. Marco Arias prescinde de comentarios o frases. Su obra no invita a buscar. Es pura revelación. No hay entretiempos narrativos, no hay suspenso ni desarrollo argumental. Es un golpe. (Toda vibración viene tras éste, nos pilla de sorpresa.) No hay aventura: solo recortes de una gran cinta. No hay invención. El artista solo ejecuta, objetualiza. En esta oportunidad las pinturas de Marco Arias toman un serio desvío desde el collage pictórico a la obra como gráfica en sí misma: el recorte de la tira cómica o manga y la captura de la cinta audiovisual animada. Arias se desapega completamente del conflicto interno del cuadro. Lo subsume. Cambia la vanidad de la mano por el placer. Renuncia al gesto único e individual; la garantía humana del artista.

 

El prisma lunar son pinturas sin tradición, pinturas sin padre. Su camino está más cerca del rechazo y el destierro institucional (el deber ser del arte). Su escuela está fuera del perímetro de lo aceptado por la pintura. ¿Pero habrá una tragedia peor que ser pintor en Chile? El prisma lunar es una propuesta visual que retoma el abanico de imágenes difundidas y administradas por las pantallas de nuestra era. En el caso de Arias, se asocian a un momento histórico distinto: no lejano pero sí diferente. Una cambio epocal dentro de la propia historia de las pantallas. 

Extracto de “¿Los dibujos animados japoneses son el origen de qué?”, del investigador y teórico del arte Diego Maureira.

Santiago de Chile, marzo del 2018.

Official opening invitations made by the artist / Invitaciones para la inauguración de la exhibición hechos por el artista.

 

Some of the images used to make the paintings / Algunas de las imágenes utilizadas para realizar las pinturas.

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El Prisma Lunar

21 portraits of enamel, oil and acrylic on canvas. Variable measures Santiago, Chile. (2018) *** 21 retratos de esmalte, óleo y acrílico sobre tela. Medidas variables. Santiago de Chile. (2018)